Se ha terminado la temporada con esa sensación de picorcillo bajo la piel que está empezado a ser habitual. Si enumeramos los logros pobablemente los hubiesemos firmado a principio de temporada: una final de Supercopa, semifinales de copa y peleando por Europa hasta el último partido. Pero más allá de la falta de definición la constatación de no haber sabido competir en los partidos clave es un debe que cabe achacarse tanto a la plantilla como al cuerpo técnico con sus plantemientos previsibles y faltos de ambición.

Pienso que tampoco se ha acometido de verdad la transición de los jugadores jóvenes que a mi entender no han contado con los minutos de calidad suficientes. Marcelino ha demostrado que es un grandísimo técnico que probablemente no sea capaz de adaptarse a la particualar idiosincrasia de nuestro club. El tiene su idea de piñón fijo independientemente de las habilidades de los jugadores y aquí no cabe ir al mercado a buscar ese perfil que encaja con tu sistema. Sus últimas declaraciones escurriendo el bulto no me han gustado nada: critica a los precandidatos porque no eres su primera opción pero el no ha dicho en ningún momento que el Athletic sea la suya.

También es cierto que el club, con su revolucionaria política de comunicación, le ha nombrado portavoz de facto. Impresionante.

Y ahora dos hitos claves por delante: los nuevos estatutos y las eleciones. Los estatutos como es normal no me convencen al 100% pero creo que no tenemos otra opción que dar un paso adelante porque habitualmente lo bueno no es sinónimo de lo mejor.

Sobre las elecciones soy optimista por obligación porque creo que no se puede hacer peor que este último ejercicio. Y no me vale la excusa de la pandemia porque ha afectado a todos. Si hacemos un chequeo de los logros sobre las promesas electorales la catástrofe es evidente. Luego está lo que no nos llega a los simple mortales, como el desastre de la gestión en el día a día interno del club por falta de criterio y capacidad.

Pero somos athleticzales. O sea, que el 12 de Agosto estaremos otra vez en San Mamés ilusionados con la nueva temporada que empieze. Esos si: menos beti zurekin, bizi ametsa, Paulo Coelho y más exigencia.

Aupa Athletic!